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CAPÍTULO 2-(11)第二回 王教头私走延安府 九纹龙大闹史家村(11)
El instructor de armas Wang viaja en secreto a la prefectura de Yan'an;
Shi Jin Nueve Dragones causa un pandemónium en la Aldea de la Familia Shi
Los días pasaron de prisa. De pronto llegó el octavo mes lunar, tiempo del Festival del Medio Otoño. Shi Jin decidió pedir a los tres jefes que disfrutaran de la luna llena y bebieran vino en su casa la noche del quince. Envió a Wang Cuarto a la fortaleza con una invitación escrita. Los tres líderes aceptaron gustosos. Redactaron una respuesta, premiaron a Wang con cinco onzas de plata y le sirvieron más de diez copas de vino.
En el camino a casa, Wang se topó con dos de los bandidos que con frecuencia llegaban a la casa con regalos. Lo abrazaron y se lo llevaron hasta una cantina en un caserío de la montaña al lado del camino; allí bebió otras diez copas. Por fin se despidieron y Wang reanudó su camino. Un fuerte viento lo azotó y le hizo subir todo el vino a la cabeza. Se tambaleó durante 10 ¿i hasta que llegó a un bosquecillo, al que se metió, y donde se tiró sobre la hierba.
Sucedió que Li Ji, el cazador, había salido a buscar conejos en la ladera de la montaña. Conocía a Wang, y al verlo allí echado lo quiso ayudar a levantarse; pero el mayordomo era demasiado pesado. La aguzada vista del cazador advirtió el bulto de plata en la faja de Wang.
"El bellaco está ebrio—pensó—. ¿De dónde consiguió tanto dinero? ¿Por qué no me auxilio un poco?" Li Ji le quitó la faja y la sacudió. Las piezas de plata y la respuesta de los bribones cayeron al suelo. Levantó la carta y la abrió. Era escasamente letrado y sólo pudo reconocer los nombres de Zhu Wu, Chen Da y Yang Chun. El lenguaje florido del resto no pudo entenderfo.
"No es fácil para un pobre cazador como yo ascender en el mundo—se dijo—. Sin embargo el adivino me dijo que este año me volvería rico. ¡Esta debe ser mi oportunidad! En el centro de Huayin vi un bando en el que se ofrecía una recompensa de tres mil sartas de monedas por la captura de esos tres bandidos. Con razón el otro día, cuando buscaba al pequeño Qiu, el bribón de Shi Jin temió que lo estuviera espiando. ¡Ha estado aliado a esos bribones!"
Li Ji tomó las piezas de plata y se dirigió hacia Huayin para informar a las autoridades.
Cuando Cuarto se despertó ya era la segunda guardia. Se sorprendió de encontrarse bañado por la pálida luz de la luna. De un brinco se puso de pie y mir ó en tomo suyo: estaba rodeado de pinos. Palpó su cintura y encontró que habían desaparecido la faja y la carta. Wang buscó por todas partes y sólo encontró, tirada en el suelo, la faja vacía.
Wang Cuarto empezó a lamentarse. "No importa la plata—pensó―. Lo terrible es haber perdido la carta. ¿Quién se la habrá llevado?" Luego frunció el ceño. "Si digo que la he perdido mi amo se pondrá furioso, y me despedirá. Será mejor que diga que no hubo respuesta, y así nunca se enterará."
El mayordomo regresó volando a la casa. Era alrededor de la quinta guardia cuando llegó allí.
—¿Qué es lo que te tomó tanto tiempo?—preguntó Shijin.
—Por cortesía hacia usted, amo, los tres jefes no me dejaron partir. Me instaron a que bebiera hasta pasada la medianoche. Por eso he llegado tarde.—¿Me enviaron alguna respuesta?
—Iban a escribir una, pero les dije: "Puesto que van a ir de todos modos, ¿por qué molestarse con una respuesta escrita? Su criado ha estado bebiendo, ¿qué pasaría si la pierde en el camino a casa? No sería cosa de broma."
—Con razón todos te llaman "El Doble de Bodang" —lo elogió Shi Jin con una sonrisa—. Eres realmente hábil.
—Este sirviente no se atrevió a demorarse y se apresuró en volver, sin detenerse una sola vez.
—Bien, entonces despacha a alguien para que vaya a la capital del distrito por las golosinas. Serán servidas a nuestros invitados junto con el vino.
Pronto llegó el Día del Festival de Medio Otoño, con su clima claro y resplandeciente. Shijin ordenó a sus sirvientes que mataran un carnero grande y cerca de cien pollos y gansos, y que prepararan un banquete.
Zhu Wu, Chen Da y Yang Chun encargaron a sus más fieles servidores resguardar la fortaleza. Cerca del anochecer bajaron de la montaña con una escolta de cinco hombres, y una espada. Todos iban a pie, pues habían dejado sus caballos en la fortaleza, y fueron directamente hacia la casa.
Shijin los recibió, y se saludaron. El joven señor los invitó a pasar al jardín trasero, donde se había puesto el banquete. Allí les pidió que tomaran los asientos de honor. Shijin se sentó al lado opuesto, y ordenó a sus criados que echaran cerrojo a las puertas de delante y de atrás. A medida que el anfitrión y los invitados iban bebiendo, los ayudantes llenaban las copas y cortaban la carne de camero. Pasado un tiempo, varias copas fueron vaciadas, y la luna llena empezó a elevarse por el este.
Bebieron y disfrutaron del Festival de Medio Otoño, y conversaron sobre asuntos viejos y nuevos. De pronto escucharon un clamor que provenú del exterior de la casa y advirtieron un resplandor de antorchas. Shi Jin, sorprendido, se levantó de un salto.
―Amigos, por favor permanezcan sentados. Yo iré y veré qué ocurre—dijo, y gritó a sus sirvientes—: No abran la puerta—subió por una escalera de mano hasta la parte alta del muro y echó una mirada.
Rodeaban la casa el comisario del distrito de Huayin, dos alguaciles y trescientos o cuatrocientos soldados. Shijin y los líderes de los bandidos gruñeron. El joven señor pudo ver, bajo la luz de las antorchas, un verdadero bosque de afiladas lanzas, alabardas, horquetas de cinco puntas y venablos con púas. Los alguaciles gritaban:
—¡No dejen escapar a los ladrones!
Si este destacamento no hubiera venido a arrestar a Shijin y a los tres jefes, ¿habría Shi matado a varios hombres y se habría unido con una docena o más de valientes? En consecuencia los guerreros se congregaron en la espesura de los carrizales, yala sombra de las hojas de loto guiaron vehículos marciales.
¿Cómo escaparon Shijin y los tres jefes de los bandidos? Lo sabrá si lee nuestro próximo capítulo.
荏苒光阴,时遇八月中秋到来。史进要和三人说话,约至十五夜来庄上赏月饮酒,先使庄客王四赍一封请书直去少华山上请朱武、陈达、杨春来庄上赴席。王四驰书迳到山寨里,见了三位头领,下了来书。朱武看了大喜。三个应允。随即写封回书,赏了王四五两银子,吃了十来碗酒。王四下得山来,正撞着时常送物事来的小喽啰,一把抱住,那里肯放?又拖去山路边村酒店里吃了十数碗酒。王四相别了回庄,一面走着,被山风一吹,酒却涌上来,踉踉跄跄,一步一攧;走不得十里之路,见座林子,奔到里面,望着那绿茸茸莎草地上扑地倒了。
原来標兔李吉正在那山坡下张兔儿,认得是史家庄上王四,赶入林子里来扶他,那里扶得动?只见王四搭膊里突出银子来。李吉寻思道:“这厮醉了,……那里讨得许多?何不拿他些?……”李吉解那搭膊,望地下只一抖,那封回书和银子都抖出来。李吉拿起,颇识几字,将书拆开看时,见上面写着少华山朱武、陈达、杨春;中间多有兼文带武的言语,却不识得,只认得三个名字。李吉道:“我做猎户,几时能够发迹?算命道我今年有大财,却在这里!华阴县里见出三千贯赏钱捕捉他三个贼人。叵耐史进那厮,前日我去他庄上寻矮邱乙郎,他道我来相脚头屣盘,——你原来倒和贼人来往!”银子并书都拿去了,望华阴县里来出首。
却说庄客王四一觉直睡到二更方醒觉来,看见月光微微照在身上,吃了一惊,跳将起来,却见四边都是松树。便去腰里摸时,搭膊和书都不见了;四下里寻时,只见空搭膊在莎草地上。王四只管叫苦,寻思道:“银子不打紧,这封回书却怎生好?正不知被甚人拿去了?……”眉头一纵,计上心来,自道:“若回去庄上说脱了回书,大郎必然焦躁,定是赶我出去;不如只说不曾有回书,那里查照?”计较定了,飞也似取路归来庄上,却好五更天气。
史进见王四回来,问道:“你缘何方才归来?”王四道:“托主人福荫,寨中三个头领都不肯放,留住王四吃了半夜酒,因此回来迟了。”史进又问:“曾有回书么?”王四道:“三个头领要写回书,却是小人道‘三位头领既然准来赴席,何必回书?小人又有杯酒,路上恐有些失支脱节,不是耍处。'……”史进听了大喜,说道:“不枉了诸人叫你赛伯当!真个了得!”王四应道:“小人怎敢差迟,路上不曾住脚,一直奔回庄上。”史进道:“既然如此,教人去县里买些果品案酒伺候。”
不觉中秋节至。是日晴明得好。史进当日分付家中庄客宰了一腔大羊,杀了百十个鸡鹅,准备下酒食筵宴。看看天色晚来,少华山上朱武、陈达、杨春三个头领分付小喽啰看守寨栅,只带三五个做伴,将了朴刀,各跨口腰刀,不骑鞍马,步行下山,迳来到史家庄上。史进接着,各叙礼罢,请入后园。庄内已安排下筵宴。史进请三位头领上坐,史进对席相陪,便叫庄客把前后庄门拴了。一面饮酒,庄内庄客轮流把盏;一边割羊劝酒。酒至数杯,却早东边推起那轮明月。(联系QQ,752429345)
史进正和三个头领在后园饮酒,赏玩中秋,叙说旧话新言。只听得墙外一声喊起,火把乱明。史进大惊,跳起身来道:“三位贤友且坐,待我去看。”喝叫庄客:“不要开门!”掇条梯子上墙打一看时,只见是华阴县尉在马上,引着两个都头,带着三四百士兵,围住庄院。史进和三个头领只管叫苦。外面火把光中照见钢叉、朴刀、五股叉、留客住,摆得似麻林一般。两个都头口里叫道:“不要走了强贼!”
不是这伙人来捉史进并三个头领,怎地教史进先杀了一二个人,结识了十数个好汉?直教:芦花深处屯兵士,荷叶阴中治战船。毕竟史进与三个头领怎地脱身,且听下回分解。
The days sped by. Soon it was the eighth lunar month, the time of the Mid-Autumn Festival. Shi Jin decided to ask the three bandit chieftains to enjoy the full moon and drink wine at the manor on the night of the fifteenth. He sent Wang the Fourth to the stronghold with a written invitation. The three leaders accepted with pleasure. They wrote out a reply, tipped Wang five ounces of silver and gave him more than ten bowls of wine.
On the way home Wang ran into two bandits who frequently came to the manor with gifts. They embraced him and dragged him off to a grog shop in a mountain hamlet by the side of the road, where he downed another ten bowls. Finally they parted and Wang resumed his homeward journey. A strong wind buffeted him and brought all the wine to his head. Wang staggered along for about ten li until he came to a grove. He plunged in and threw himself down on a grassy sward.
It so happened that Li Ji the hunter was out after rabbits on the mountainside. He knew Wang and, seeing him lying there, went to help him up, but the steward was much too heavy. The hunter's sharp eye noticed the bulge of silver in Wang's belt sash.
“The knave is drunk,” he thought. “Where did he get so much money? Why don't I help myself?” Li Ji took off the sash and shook it. The pieces of silver and the brigands' reply fell to the ground. He picked up the letter and opened it. He was barely literate, and could recognize only the names Zhu Wu, Chen Da and Yang Chun. The flowery language of the rest he was unable to read.
“It's not easy for a poor hunter like me to come up in the world,” he said to himself. “Yet the fortune-teller said this year I would get rich. This must be my chance! In Huayin Town I saw a proclamation offering a reward of three thousand strings of cash for the capture of those three bandits. No wonder the other day, when I was looking for Shorty Qiu, that rogue of a Shi Jin was afraid I was spying on him. He's been in league with those brigands right along!”
Li Ji took the pieces of silver and the letter and headed for Huayin to report to the authorities.
When Wang the Fourth awakened it was already the second watch. He was startled to find himself bathed in pale moonlight. He leaped to his feet and looked around. On all sides were pine trees. He felt his waist.
His sash and letter were gone. Wang searched everywhere. He found only the empty sash, lying on the grass.
Wang the Fourth groaned. “It doesn't matter about the silver,” he thought. “But it's terrible to lose that letter. Who could have taken it?” He frowned. “If I say I've lost it, the master will be furious. He'll throw me out. I'd better say there wasn't any written reply. He'll never know the difference.”
The steward flew back to the manor. It was well into the fifth watch when he arrived.
“What took you so long?” Shi Jin demanded.
“Out of courtesy to you, master, the three chiefs wouldn't let me go. They plied me with drink till after midnight. That's why I'm late.”
“Did they send any reply?”
“They were going to write one, but I said: 'Since you're definitely coming, why bother with a written reply? Your servant has been drinking. What if I lost it on the way home? That wouldn't be any joke.'”
“No wonder everybody calls you 'Bodang's Equal',” Shi Jin commended him smilingly. “You're really clever.”
“Your servant didn't dare delay. I hurried back without stopping once.”
“Well then, send someone to the county town for tidbits to go with the wine we'll serve our guests.”
Soon it was Mid-Autumn Festival Day. The weather was bright and clear. Shi Jin instructed his servants to slaughter a big sheep and kill over a hundred chickens and geese and prepare a feast.
Zhu Wu, Chen Da and Yang Chun directed their minions to guard the stronghold. Towards evening they came down the mountain with an escort of five men. They each carried a halberd and a sword. All were walking, having left their horses in the fortress. They headed straight for the manor.
Shi Jin received them and they exchanged courtesies. The young squire invited them to the rear garden, where a banquet had been spread. He asked them to take the seats of honor. He sat down opposite, and told his vassals to bolt the front and rear gates of the manor. As host and guests drank, attendants kept refilling their cups and carving the sheep. By the time several cups were drained, a full moon was rising in the east.
They drank and enjoyed the Mid-Autumn Festival, and chatted about old things and new. Suddenly, they heard a clamor outside the manor and saw the glow of torches. Shi Jin, startled, rose quickly.
“Please remain seated, friends. I'll go and see what's the matter,” he said. Shouting to his vassals: “Don't open the gate,” he climbed a ladder to the top of the wall and looked over.
The sheriff of Huayin County, two constables and three or four hundred soldiers had surrounded the manor. Shi Jin and the bandit leaders groaned. In the light of the torches the young squire could see a veritable forest of pronged spears, halberds, five-tined forks and barbed spears. The constables were shouting: “Don't let the robbers escape!”
If this detachment hadn't come to arrest Shi Jin and the three chiefs, would Shi have killed several men and joined with a dozen or more gallants? As a result, warriors gathered deep amid the reeds, and in the shade of lotus leaves rode craft of war.
How did Shi Jin and the three bandit chiefs escape? Read our next chapter if you would know.
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