|
CAPÍTULO 3-(1)第三回 史大郎夜走华阴县 鲁提辖拳打镇关西(1)
El señor Shi abandona el distrito de Huayin de noche;
El mayor Lu aporrea al señor del Oeste
Chapter 3
Master Shi Leaves Huayin County at Night
Major Lu Pummels the Lord of the West
CAPITULO 3
El señor Shi abandona el distrito de Huayin de noche;
El mayor LM aporrea al señor del Oeste
—¿Qué haré?—exclamó Shijin.
Zhu Wu y los otros dos jefes se arrodillaron ante él y le dijeron:
—Hermano, tus manos están limpias. No te comprometas por nuestra culpa. Es mejor que nos amarres y reclames la recompensa, a que tu buen nombre se vea manchado.
—Imposible—replicó Shi Jin—. Si hago semejante cosa parecería que los he atraído hasta aquí con engaños para obtener el dinero. Todos se burlarían de mí. Viviremos o moriremos juntos. Siéntense y no se preocupen. No es necesario que se sacrifiquen por causa mía. Déjenme ver de qué se trata.
Subió la escalera y gritó:
—¿Qué pretenden al irrumpir aquí en mi propiedad a medianoche?
—No finja, joven señor—respondieron los alguaciles—, Li Ji, quien hizo la acusación, está aquí mismo con nosotros.
—Li Ji—gritó Shijin―, ¿cómo puedes calumniar así a un hombre honesto?
—Al principio no lo sabía—respondió el cazador—. Recogí una carta que Wang Cuarto llevaba por el bosque, y la llevé al puesto del distrito para que la leyeran. Este es el resultado.
Shi Jin emplazó a Wang.
—Tú dijiste que no había ninguna respuesta. ¿De dónde salió esa carta?
—Estaba ebrio y me olvidé de ello.
—¡Miserable! —gritó Shijin—. Nos has metido en un bonito aprieto.
Temerosos de la destreza de Shijin en el combate, los alguaciles no se atrevieron a entrar a la casa por la fuerza.
—Mejor démosle una respuesta—aconsejaron los jefes de los bandidos. Shijin comprendió.
—Alguaciles, no empiecen nada—dijo desde lo alto de la escalera―. Retírense de mis muros. Ataré a los bandidos y los entregaré a los funcionarios a cambio de la recompensa.
Los alguaciles no deseaban enfrentarse a Shijin.
―No queremos problemas—dijeron—.Tráigalos e iremos junto con usted donde el magistrado.
Shijin bajó la escalera y se dirigió a la parte delantera del salón. Mandó que llevaran a Wang Cuarto al jardín trasero y lo mataran de un solo mandoble. Luego ordenó a sus criados que empacaran todos sus objetos de valor transportables y encendieran treinta o cuarenta antorchas. Él y los tres jefes se pusieron armaduras, y tomaron espadas y alabardas del estante de armas. A continuación prendieron fuego a los cobertizos de paja de la parte posterior de la casa. Mientras tanto, los sirvientes también empacaron sus propias pertenencias.
Cuando los soldados de afuera vieron las llamas, corrieron hacia la parte posterior. Shijin pegó fuego al salón central, abrió de par en par la puerta delantera y salió a la carga con un poderoso alarido.
Shijin y sus hombres, seguidos por Zhu Wu, Yang Chun, Chen Da, y sus guardias, se lanzaron a pelear. El joven señor era un guerrero formidable. ¿Quién podía hacerle frente?
Mientras las llamas enloquecidas encendían las nubes, Shi Jin y sus hombres se abrieron un camino por entre los soldados. De pronto se encontró cara a cara con los dos alguaciles y con Li Ji. Shijin montó en cólera. "Cuando los enemigos se encuentran, sus ojos se encienden." Los alguaciles vieron que las cosas iban mal. Se dieron vuelta y echaron a correr. Li Ji también trató de escapar, pero Shijin se le echó encima con gran agilidad. Con un solo tajo de su espada cortó a Li Ji en dos. Chen Da y Chun acabaron con los alguaciles en sendas tocadas de alabarda. El aterrado comisario partió al galope, tan veloz como podía llevarlo su caballo. Por supuesto que los soldados no se atrevieron a avanzar. Corrieron a salvarse en todas direcciones.
Matando a medida que pasaban, Shijin y sus seguidores se encaminaron hacia la fortaleza de los bandidos, en la montaña Shaohua. Sólo allí recobraron el aliento. Zhu Wu y los otros jefes ordenaron a sus hombres matar búfalos y caballos, y preparar un banquete. No diremos más al respecto.
Shijin se quedó varios días. Allí pensó: "He incendiado mi casa para salvar a las tres personas. Aunque me las he arreglado para conservar unos pocos objetos valiosos de pequeño tamaño, mi gran propiedad está completamente destruida." Se sintió incómodo. ¿Cómo podía permanecer en un lugar como ése? Entonces le dijo al jefe de los bandidos:
—Mi maestro de armas, el instructor Wang, está vinculado a la guarnición del paso de la frontera occidental. He estado tratando de salir a buscarlo, pero la muerte de mi padre me impidió partir. Ahora que mi casa está en ruinas, nada me retiene aquí.
—No vayas, hermano—insistieron los tres jefes—, quédate un tiempo, y luego lo discutiremos. Si no quieres unirte a nosotros, cuando las cosas se sosieguen un poco te reconstruiremos la casa y podrás convertirte de nuevo en un respetable ciudadano.
—Sus intenciones son buenas, pero no deseo permanecer. Si encuentro a mi maestro y consigo algún tipo de trabajo en el que pueda distinguirme, seré feliz el resto de mi vida.
—¿Por qué no te quedas y te vuelves nuestro jefe? ¿Eso te haría feliz? —preguntó Zhu Wu en tono de duda—. Claro que nuestra fortaleza de la montaña es demasiado pequeña para un hombre como tú.
—Mi reputación es irreprochable. ¿Cómo voy a mancillar el cuerpo que mis padres me dieron? Es inútil que me traten de persuadir de que me convierta en bandido.
Unos días más tarde Shijin decidió partir. Fueron en vano las exhortaciones de los tres jefes. Dejó a sus sirvientes y la mayor parte de su dinero en la fortaleza, y sólo tomó algunas pequeñas piezas de plata, las que envolvió en un atado.
Un sombrero alón de fieltro, coronado por una borla roja, cubría el delgado pañuelo negro que llevaba sobre la cabeza. Tenía atado al cuello un pañuelo amarillo vivo. Vestía una túnica militar de seda blanca, amarrada a la cintura por una faja de color ciruela, de cinco dedos de ancho. Se había envuelto las piernas con cintas azules y blancas. Atadas a los pies tenía alpargatas de cáñamo, buenas para las montañas. Una espada le colgaba al cinto.
Shijin amarró su atado a la espalda, tomó su alabarda y se despidió de los tres jefes. Estos, junto con los otros bandidos, lo acompañaron hasta el pie de la montaña. Se despidieron de Shijin entre lágrimas, y regresaron a la fortaleza.
第三回 史大郎夜走华阴县 鲁提辖拳打镇关西
话说当时史进道:“却怎生是好?”朱武等三个头领跪下道:“哥哥,你是干净的人,休为我等连累了;可把索来绑缚我三个出去请赏,免得负累了你不好看。”史进道:“如何使得!恁地时,是我赚你们来,捉你请赏。枉惹天下人笑。若是死时,我与你们同死;活时同活。你等起来,放心,别作圆便。且等我问个来历情由。”
史进上梯子问道:“你两个何故半夜三更来劫我庄上?”两个都头道:“大郎,你兀自赖哩!见有原告人李吉在这里。”史进喝道:“李吉,你如何诬告平人?”李吉应道:“我本不知;林子里拾得王四的回书,一时间把在县前看,因此事发。”史进叫王四问道:“你说无回书,如何却又有书?”王四道:“便是小人一时醉了,忘记了回书。”史进大喝道:“畜生!却怎生好!”外面都头人等惧怕史进了得,不敢奔入庄里来捉人。三个头领把手指道:“且答应外面。”史进会意,在梯子上叫道:“你两个都头都不必斗动,权退一步,我自绑缚 出来解官请赏。”那两个都头都怕史进,只得应道:“我们都是没事的,等你绑出来,同去请赏。”史进下梯子,来到厅前,先将王四带进后园,把来一刀杀了;喝教许多庄客把庄里有的没的细软等物即便收拾,尽教打叠起了;一壁点起三四十个火把。庄里史进和三个头领全身披挂,枪架上各人跨了腰刀,拿了朴刀,拽扎起,把庄后草屋点着。庄客各自打拴了包裹。外面见里面火起,都奔来后面看。史进却就中堂又放起火来,大开庄门,呐声喊,杀将出来。史进当头,朱武、杨春在中,陈达在后,和小喽啰并庄客,一冲一撞,指东杀西。史进却是个大虫,那里拦当得住?后面火光乱起,杀开条路,冲将出来,正迎着两个都头并李吉。史进见了大怒。“仇人相见,分外眼明”!两个都头见头势不好,转身便走。李吉也却待回身,史进早到,手起一刀,把李吉斩做两段。两个都头正待走时,陈达、杨春赶上,一个一朴刀,结果了两个性命。县尉惊得跑马走回去了。众士兵那里敢向前?各自逃命散了,不知去向。
史进引着一行人,且杀且走,直到少华山上寨内坐下,喘息方定。朱武等忙叫小喽啰一面杀牛宰马,贺喜饮宴。
不在话下。一连过了几日,史进寻思:“一时间要救三人,放火烧了庄院。虽是有些细软家财;粗重什物尽皆没了!”心内踌躇,在此不了,开言对朱武等说道:“我的师父王教头在关西经略府勾当,我先要去寻他,只因父亲死了,不曾去得。今来家私庄院废尽,我如今要去寻他。”朱武三人道:“哥哥休去,只在我寨中且过几日又作商议。若哥哥不愿落草时,待平静了,小弟们与哥哥重整庄院,再作良民。”史进道:“虽是你们的好情分,只是我今去意难留。我若寻得师父,也要那里讨个出身,求半世快乐。”朱武道:“哥哥便在此间做个寨主,却不快活?只恐寨小不堪歇马。”史进道:“我是个清白好汉,如何肯把父母遗体来点污了!你劝我落草,再也休题。”史进住了几日,定要去。朱武等苦留不住。史进带去的庄客都留在山寨;只自收拾了些散碎银两,打拴一个包裹,余者多的尽数寄留在山寨。
史进头戴白范阳毡大帽,上撒一撮红缨,帽儿下裹一顶浑青抓角软头巾,项上明黄缕带,身穿一领白纻丝两上领战袍,腰系一条擅五指梅红攒线搭膊,青白间道行缠绞脚,衬着踏山透土多耳麻鞋,跨一口铜钱磬口雁翎刀;背上包裹,提了朴刀,辞别朱武等三人。众多小喽啰都送下山来。朱武等洒泪而别,自回山寨去了。
Chapter 3
Master Shi Leaves Huayin County at Night
Major Lu Pummels the Lord of the West
“What shall I do?” Shi Jin exclaimed.
Zhu Wu and the other two bandit chieftains knelt before him and said: “Your hands are clean, brother. Don't get involved because of us. It's better to tie us up and claim the reward than have your own good name besmirched.”
“Impossible,” retorted Shi Jin. “If I did such a thing it would look as if I inveigled you here so that I could get the money. Everyone would laugh at me. We'll live or die together. Stand up and don't worry. There's no need to sacrifice yourselves on my account. Let me see what this is all about.”
He mounted the ladder and called: “What do you mean by coming here in the middle of the night and raiding my manor?”
“Don't pretend, Young Master,” the constables replied. “Li Ji, who made the accusation, is right here with us.”
“Li Ji,” Shi Jin shouted, “how could you slander an honest man?”
“I didn't know, at first,” the hunter responded. “I picked up a letter Wang the Fourth was carrying in the woods and took it to the county seat to have it read. This is the result.”
Shi Jin summoned Wang. “You said there was no reply. Where did that letter come from?”
“I was drunk. I forgot about it.”
“Wretch,” shouted Shi Jin. “You've got us in a pretty fix.”
Afraid of Shi Jin's fighting prowess, the constables didn't dare force their way into the manor. “Better give them an answer,” the bandit leaders advised. Shi Jin understood.
“Don't start anything, you constables,” he called from the top of the ladder. “Move back from my walls. I'm going to tie the bandits up and turn them over to the officials for the reward.”
The constables had no desire to clash with Shi Jin. “We don't want any trouble,” they said. “Bring them out and we'll go with you to the magistrate, together.”
Shi Jin came down from the ladder and went to the front of the hall. He had Wang the Fourth taken to the rear garden and killed him with one blow of the sword. Next he ordered his vassals to pack all his portable valuables and light thirty or forty torches. He and the bandit chiefs put on their armor and took halberds and swords from the weapons rack. Then they set fire to the thatched buildings in the back of the manor house. Meanwhile, the vassals also packed their own belongings.
When the soldiers outside saw the flames, they rushed around to the rear. Shi Jin set the central hall to the torch, threw open the front gate and charged out with a mighty yell. Followed by Zhu Wu, Yang Chun and Chen Da and their guards, Shi Jin and his men plunged into the fray. They young squire was a formidable warrior. Who could withstand him?
As wild flames enkindled the sky, Shi Jin and his men cut a path through the soldiers. He soon found himself face to face with the two constables and Li Ji. Shi Jin flew into a rage. “When enemies meet, their eyes blaze.” The constables could see that things were going badly. They turned and ran. Li Ji also tried to escape, but Shi Jin was quickly upon him. With one sweep of his blade, he cleaved Li Ji in twain. Chen Da and Yang Chun dispatched the constables with one thrust of their halberds each. The county sheriff, terrified, galloped off as fast as his horse would take him. Of course the soldiers dared not advance. They ran for their lives in all directions.
Killing as they went, Shi Jin and his cohorts proceeded directly to the bandits' stronghold on Mount Shaohua. Only then did they sit down and catch their breaths. Zhu Wu and other leaders ordered their men to slaughter steers and horses and prepare a celebration feast. Of this we'll say no more. Shi Jin remained for several days. He thought to himself: “To save three people, I burned down my manor. Although I managed to keep a few small valuables, my larger property is gone completely.” He felt uneasy. How could he stay in a place like this? He said to the brigand chief. “Instructor Wang, my arms teacher, is attached to a border garrison west of the Pass. I've been intending to seek him out, but because my father died I was unable to leave. Now that the manor is ruined, there's nothing to keep me here.”
“Don't go, brother,” the bandit leaders urged. “Stay on a while, and we'll talk it over again. If you don't want to join us, when things have quieted down a bit we'll rebuild your manor and you can become a respectable citizen again.”
“Your intentions are good but I don't wish to remain. If I can find my teacher and get some sort of job I can distinguish myself in, I'll be happy the rest of my life.”
“Why not stay on and be our chief? Wouldn't that make you happy?” queried Zhu Wu. “Of course our mountain stronghold is too small for a man like you.”
“My reputation is spotless. How can I sully the body my parents have given me? There's no use your trying to persuade me to become a bandit.”
A few days later, Shi Jin decided to depart. The exhortations of the three chieftains were in vain. He left his servants and most of his money in the fortress and took only some small pieces of silver which he wrapped in a bundle.
A broad-brimmed felt hat topped by a red tassel covered the soft black bandanna which bound his head. Around his neck was a kerchief of bright yellow. He wore a white silk military gown tied at the waist by a plum-colored sash five fingers wide. His legs were wrapped with alternate strips of blue and white. On his feet were looped hemp sandals, good for mountain climbing. A sword hung from his waist.
Shi Jin tied his bundle to his back, took up his halberd and bid farewell to the three chieftains. They and the other bandits saw him to the foot of the mountain. Weeping, they parted from Shi Jin and returned to their stronghold.
|
|